La batalla legal sobre las condiciones de las exportaciones europeas de animales vivos a países terceros y, en general, sobre el bienestar de los animales, está planteada y en pleno apogeo en la UE. Existe mucha presión mediática para que la reglamentación sobre la protección de animales vivos se actualice.
La presidenta de la Comisión de Investigación del Parlamento Europeo sobre este asunto, Tilly Metz, tras una reciente visita, con otros ocho eurodiputados, a un puesto fronterizo entre Bulgaria y Turquía, por el que suelen pasar entre 150.000 y 250.000 animales vivos al año de diversos orígenes con destino principal a Oriente Medio, denunció que la duración de los traslados es con frecuencia demasiado larga; que los animales son demasiado jóvenes para viajar con total seguridad; que hay una falta de agua y de alimentos adecuados y suficientes, y que los animales sufren estrés térmico por las altas temperaturas en la región durante los meses de verano. A su entender, los Estados miembros deben coordinarse más y mejor en materia de autorizaciones y de controles de los transportes de animales vivos.
Este es solo un aspecto de toda la normativa general sobre bienestar animal que está en revisión y que incluye también el fin progresivo del uso de las jaulas para la cría de ciertas especies. El comisario de Agricultura, Januzs Wojciechowski, afirmó durante el último Consejo de Ministros que la CE tiene intención de presentar la normativa revisada -y se supone que más exigente- sobre bienestar animal antes de finales de 2023.
El pasado 15 de octubre, la Comisión abrió una consulta pública para revisar la legislación sobre bienestar animal y tener en cuenta los análisis científicos recientes; ampliar el alcance de la normativa, y facilitar su aplicación en el marco de la Estrategia "De la granja a la mesa".