Un informe del centro tecnológico AZTI señala que el grado de madurez digital de las empresas alimentarias vascas se encuentra en situación de "principiante" y considera que la transformación digital es el reto pendiente para la industria alimentaria.
El centro tecnológico ha desarrollado este informe a partir de más de 200 respuestas de empresas para establecer un diagnóstico que sirva como punto de partida para explotar las posibilidades y las perspectivas de futuro en cuanto a digitalización en el ámbito alimentario.
El informe, que analiza los sectores del pescado y transformadores de pescado, cárnico, bebidas, panadería y pastas, hortofrutícola, lácteo y otros productos, ha sido presentado en el congreso Basque Industry 4.0 The Meeting Point, que concluye este jueves en el BEC, según ha informado AZTI en un comunicado.
De acuerdo con el informe, el grado de madurez digital de las empresas alimentarias vascas se encuentra en situación de "principiante", con un sector agroalimentario en el nivel 2 (en una escala del 1 al 5), aunque este resultado está muy vinculado al tamaño de las empresas.
La experta en cadena alimentaria 4.0 de AZTI Idoia Olabarrieta ha señalado que "cuanto más pequeñas son las empresas, menor implementación digital se observa,", y ha destacado que "también hay variaciones en función del sector". Ha indicado que la "mayoría" de las empresas alimentarias vascas son pymes con menos de 25 empleados y que tienen "dificultades" para "enfrentarse" a la transformación digital, mientras que las grandes empresas "sí que están empezando su camino hacia la industria inteligente".
Olabarrieta ha asegurado que "las empresas que no afronten el reto de la industria 4.0 corren el riesgo de perder competitividad" y ha señalado que "es primordial saber dónde estamos y qué tenemos para poder plantear las futuras implementaciones digitales".
Los beneficios que aportan las nuevas tecnologías en el sector alimentario son diversos, pero destacan, según el informe de Azti, la mejora de la eficiencia y la flexibilidad productiva, así como la mejora de la trazabilidad de los productos.
Olabarrieta ha indicado que "la implementación digital reduce los costes de toda la cadena alimentaria, mejora la comunicación entre los diferentes agentes y la eficiencia de la cadena logística" y, además, "aumenta la seguridad laboral y la reducción de los errores humanos".