Aceite de oliva
Industria

Tensión de mercado en el aceite de oliva una campaña más

20/10/2023

Los datos de cierre de la campaña oleícola 2022/23, aún provisionales, el pasado 30 de septiembre y las estimaciones iniciales de producción para la actual campaña 2023/24 dejan ya meridianamente claro cuál será el panorama en este sector clave de la economía agraria española en los próximos meses.

En primer lugar, el hecho de que vayamos a estar con una segunda campaña de producción corta de aceite de oliva, con apenas 765.300 toneladas, según el aforo estimado por el Ministerio de Agricultura, hace pensar que la oferta de mercado de este producto también seguirá restringida, incluso si las importaciones aumentan.

Esto va a derivar, a su vez, en unos precios en origen y destino del aceite de oliva que, con los lógicos y ligeros vaivenes arriba y abajo en estos casos, se mantendrán en niveles bastante elevados a lo largo de toda la campaña, es decir, al menos de aquí a casi un año vista.

Si compleja de gestionar fue ya la campaña pasada, a pesar de que las salidas del mercado se redujeron y se adaptaron a la oferta y la demanda existente, teniendo en cuenta el nivel histórico de precios, la presente será igual e incluso más, principalmente porque, aunque se prevén unas 100.000 toneladas más de producción, los stocks de final de 2022/23 e inicio de la actual campaña son casi la mitad (-45,6%) y quedaron por debajo de las 250.000 toneladas.

El sector espera que la situación de la oferta pueda mejorar un poco si las lluvias esperadas en este mes de octubre son copiosas en las zonas productoras y si es posible importar un mayor volumen que en la campaña anterior (por encima de las 200.000 toneladas), ante unas perspectivas algo mejores de producción en algunos países, como la vecina Portugal y a la espera de lo que tenga Túnez, el principal proveedor tercero de aceite de oliva a la Unión Europea.

La situación del mercado de aceite de oliva, en cualquier caso, seguirá siendo bastante tensa y la incertidumbre no se despejará hasta ver si la campaña oleícola siguiente recupera sus niveles habituales de producción, que están en torno a 1,2-1,3 millones de toneladas.