El director de calidad de Grupo Sovena, Luis Aparicio, asegura que el equipo, denominado internamente GC-IMS, un cromatógrafo de gases acoplado a un detector de movilidad iónica, es capaz de detectar compuestos volátiles en el aceite y podría dar en el futuro una mayor seguridad jurídica al análisis organoléptico, por lo que, desde su punto de vista, es una aportación para todo el sector oleícola.
"Esta nueva metodología, junto con otras que van en la misma línea y en la que empezó a trabajar la Universidad de Córdoba, lo que pretende es confirmar y dar soporte a la cata, a una valoración sensorial de un panel experto. No se trata, en ningún caso, de sustituir a los paneles de cata tradicionales", afirma.
La técnica basada en la espectrometría de movilidad iónica, desarrollada por un grupo de investigación del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, que encabeza la catedrática Lourdes Arce, detecta compuestos volátiles a muy baja concentración, lo que facilita analizar un gran número de muestras con rapidez.
La división española del grupo portugués Sovena, uno de los mayores envasadores de aceite de oliva del mundo, en colaboración con el Departamento de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, ha avanzado en el desarrollo de una metodología basada en la espectrometría de movilidad iónica, que puede determinar si un aceite es virgen extra (AOVE), virgen (AOV) o lampante (L). Se trata de un sistema pionero que complementa las conclusiones de los tradicionales paneles de cata de aceite, al eliminar elementos subjetivos propios del método, lo que, en la práctica, permite objetivar la clasificación.
El director de Calidad explica que Sovena, pionera en la implantación tanto de estándares de seguridad alimentaria como de calidad y que cuenta con un panel de cata acreditado en su fábrica de Brenes (Sevilla), la planta que mueve la mayor cantidad de aceite de oliva dentro del grupo, consideró muy interesante el trabajo de la Universidad de Córdoba e inició "una exitosa colaboración que ya dura más de siete años".
"Tenemos personal formado y entrenado que cata nuestros aceites y sabemos las dificultades que existen, la variabilidad que tienen los análisis organolépticos y por ello iniciamos esta colaboración de forma unilateral con la Universidad de Córdoba", apunta Luis Aparicio.
El director de calidad señala que su compañía ha hecho una gran inversión en este proceso, la mayor parte "en personas, en conocer los equipos y en comparar resultados con los paneles externos". En este sentido, señala que el coste del equipo no es lo más relevante y recalca que lo verdaderamente importante "es disponer del know-how interno de cata, de muestras suficientes y variadas y de un potente tratamiento de datos una vez realizado el análisis".
Sovena es la primera empresa del sector oleícola que utiliza esta metodología. Hasta principios de diciembre, había realizado con esta nueva técnica más de 3.000 análisis.
"El gran acierto ?explica el director de calidad de Sovena? fue en su momento asociar el detector de espectrometría de movilidad iónica a un cromatógrafo de gases, que es un analizador de compuestos volátiles que se utiliza en cualquier laboratorio hoy en día."
"El objetivo ?añade Luis Aparicio? es darle un entorno seguro a un análisis sensorial que tiene las subjetividades propias del catador, ayudar a despejar dudas. Siempre será mejor tener una opinión más objetiva a través de un equipo instrumental.
TRES PLANTAS EN ESPAÑA
Sovena pertenece al grupo familiar de capital portugués Nutrinveste, con sede en Algés (Portugal).
En España, cuenta con plantas en Brenes, provincia de Sevilla, y Andújar, en Jaén, y una dedicada a la aceituna de mesa en Plasencia, Cáceres. Posee también dos plantas en Portugal, dos más en Estados Unidos y una en Túnez, y tiene acuerdos locales en Chile e Italia.
Sovena España prevé cerrar el ejercicio 2020 con unas ventas por aceite de 476,5 M?, 338,6 M? en exportación y de 429,5 M? incluyendo otro tipo de productos.