Financiado por el programa Horizon 2020 de la UE, el proyecto SEAFOODTOMORROW ha contado con la participación de 35 socios y 13 organizaciones de 19 países europeos que han trabajado durante cuatro años desarrollando soluciones innovadoras para afrontar algunos de los problemas más importantes del sector del pescado y marisco: la sostenibilidad, la seguridad, la calidad, la transparencia y la disponibilidad de productos que satisfagan las necesidades de los consumidores.
Además, ha establecido las bases para fortalecer el sector de la producción y el procesado de productos del mar en Europa y para garantizar su sostenibilidad para las futuras generaciones. «Los resultados contribuirán a reducir la huella ambiental del sector del pescado y marisco y favorecerán un uso sostenible de nuestros recursos marinos», afirma António Marques, investigador del Instituto Português do Mar e da Atmósfera (IPMA) de Portugal y coordinador del proyecto.
El pescado y el marisco son fuentes importantes de nutrientes y proteínas de alta calidad para una dieta sana. Aproximadamente tres mil millones de personas confían en los productos del mar (de la pesca y cultivados) como fuente principal de proteínas. Dado que la población mundial y la acuicultura continúan en una expansión constante, hay que desarrollar soluciones nuevas, innovadoras y respetuosas con el medio ambiente para garantizar que la seguridad y la calidad de los productos del mar satisfagan las demandas del mercado.
El IRTA ha participado en el proyecto SEAFOODTOMORROW con los programas de Aguas marinas y continentales, y Calidad y tecnología alimentaria. Los investigadores del Instituto han desarrollado un nuevo modelo de predicción de la abundancia de especies de microalgas tóxicas en aguas costeras con una antelación de dos semanas y una tasa de fiabilidad del 99%. También han creado un kit de cribado de tetrodotoxina en marisco basado en anticuerpos y partículas magnéticas. Este kit se ha aplicado a mejillones, ostras y navajas, y ha permitido detectar la presencia de estas toxinas en concentraciones muy bajas, lo que permitiría mejorar la seguridad alimentaria de los consumidores. Además, han diseñado un nuevo procedimiento industrial para eliminar toxinas paralíticas del marisco en mejillones, almejas y vieiras en un 85%.
En cuanto a productos y procesos tecnológicos, han elaborado un salmón ahumado reducido en sal, en el que se ha sustituido el cloruro de sodio (NaCl) por cloruro de potasio (KCl), y que ha permitido reducir un 25% el contenido de NaCl sin afectar a las propiedades sensoriales del producto. Por otra parte, se ha conseguido reducir el consumo de agua y energía utilizando tecnologías emergentes en el proceso de elaboración de la sopa de pescado. Respecto al procesado convencional, el ahorro alcanzado es de un 75% de energía y de un 80% de agua.