La compra de nueva maquinaria y equipos agrarios es uno de los termómetros más fieles de cómo está la temperatura a nivel económico del sector primario. Durante un 2020, que ya pasará a la historia como el año de la pandemia del coronavirus, la adquisición de nuevas máquinas más modernas, más eficientes en su rendimiento, menos contaminantes y con menos gasto energético por parte de nuestros agricultores y ganaderos resistió bastante aceptablemente el duro embate de la crisis sanitaria que ha sufrido el conjunto de la economía española.
El sector agrario fue capaz de "gastarse" para renovar sus máquinas o para adquirir otras nuevas unos 1.300 millones de euros, dato calculado por el Ministerio de Agricultura, a partir de la inversión correspondiente a la maquinaria agrícola inscrita, sin incluir el IVA, en los registros oficiales (ROMA) durante 2020. Si a este importe añadimos, el "pujante" mercado de segunda mano, donde cambian de manos entre el doble y el tiple de lo que se compra habitualmente como nuevo, se podría valorar ese gasto muy por encima de 1.500-1.800 millones de euros sin temor a equivocarnos.
Más de la mitad del gasto en este insumo básico fue a parar a la compra de 10.620 nuevos tractores (inscritos en el ROMA), con un 58,7% del total y casi 625 millones de euros; otro 22,4% y cerca de 240 millones se destinó a la adquisición de 16.022 máquinas arrastradas o suspendidas; un 15,2% y 162 millones a 1.785 máquinas automotrices, y otro 3,7% y 39,4 millones a 3.749 remolques.
La evolución de la inversión de maquinaria desde el año 2006 a 2020 destaca que la mayor parte de los años se han invertido entre 900 millones y más de 1.200-1.300 millones de euros en la compra de la nueva maquinaria, sin contar con la inversión que puede haber supuesto la compraventa entre particulares de maquinaria de segunda mano.
El Ministerio de Agricultura tiene previsto destinar este 2021 unos 9,5 millones de euros de su presupuesto estatal a apoyar la renovación del parque nacional de maquinaria agrícola. De esta partida, unos 6,5 millones son ayudas directas a los que adquieran nueva maquinaria agrícola y, en su caso, lleven a centros de achatarramiento la antigua u obsoleta y otros millones se destinarán a subvencionar a avales que se pidan a la entidad pública SAECA para garantizar la financiación de préstamos otorgados para este fin por entidades financieras.
Esta última partida son una novedad del Plan Renove y el MAPA considera que su concesión podría tener un efecto multiplicador y permitir operaciones de financiación de préstamos por importe superior a los 60 millones de euros. El departamento de Planas suma para este año otros 36 millones de euros del Programa de Resiliencia del Gobierno, con fondos europeos, para impulsar la agricultura de precisión, incluida equipos para la siembra directa u otros.
El nuevo Real Decreto que está ultimando el MAPA y que entrará en vigor a finales de este primer trimestre o a principios del segundo, persigue renovar el parque de maquinaria, sustituyendo las máquinas antiguas o los equipos obsoletos, más contaminantes o poco eficientes desde el punto de vista energético y más seguros a nivel laboral, por otros más respetuosos con el medioambiente y más seguros para el usuario y el entorno en que se emplean.