Durante el pasado año, la producción mundial de vino, sin mostos/zumos de uva, volvió a reducirse ligeramente en un 1% y en 3 millones de hectolitros en relación a 2021, quedando en 258 millones, lo mismo que en el año anterior.
En un contexto generalizado de sequía en el Sur de Europa y en otras regiones del mundo, la producción se quedó en 258 millones de hectolitros, con Italia al frente, con 49,8 millones (-1% Y 400.000 hl menos), un 19,3% del total global, seguido de Francia, que se recuperó de la floja cosecha de 2021, creciendo un 21% y en 8 millones (17,7%), y España, en tercer lugar, con 35,7 millones, con un ligero aumento del 1% y de unos 200.000 hl, un 13,8% del total.
Durante el pasado año, destacaron los descensos de la producción en varios de los principales países del Hemisferio Sur, siendo del 14% en los vinos australianos, del 7% de los chilenos, del 8% de los argentinos; del 6% de los sudafricanos.
En China, la OIV estima un fuerte descenso del 29%, hasta apenas 4,2 millones de hectolitros y en Estados Unidos la sequía hizo bajar su producción un 7%, hasta 22,4 millones (8,7% del total mundial), mientras que se recuperó la producción neozelandesa en un 44%, hasta 3,8 millones y la de Suiza, en un 63%, alcanzando el millón de hectolitros.
La producción mundial de vino, que se vio afectada en Europa por la sequía y las olas de calor de la primavera-verano, se situó por cuarto año consecutivo ligeramente por debajo de la media de los últimos 20 años.
En el pasado año, hubo 85 productores de vino en el mundo y los tres primeros (Italia, Francia y España) concentraron más de la mitad de la producción mundial. Los ocho primeros (además de los citados, Estados Unidos, Australia, Chile, Argentina y Sudáfrica) representaron el 78% de toda la producción. La UE produjo 161 millones de hectolitros, con un aumento del 4% sobre 2021, debido sobre todo a Francia, lo que supone un 62% de toda la producción mundial.