El sector agrario comienza el 2020 en pie de guerra y ha convocado movilizaciones en once comunidades autónomas para los próximos días y semanas en protesta por la crisis que atraviesa, víctima de una "tormenta perfecta" que incluye caída de precios, guerras comerciales y subida de costes.
Bajo la etiqueta en redes sociales "Agricultores al límite", las tres principales organizaciones agrarias (ASAJA, COAG y UPA; en esta ocasión no se ha sumado Cooperativas) pretenden sacar el campo a la calle en defensa de sus intereses, con cortes de carreteras y concentraciones de tractores en su calendario.
El alcance de las manifestaciones es más amplio que en las últimas citas similares, ya que en el 2019 las protestas fueron más bien sectoriales, como ocurrió con el olivar, que en octubre aterrizó en Madrid exigiendo mejores precios.
Los bajos precios en origen protagonizan la gran crítica de todo el sector, con casos paradigmáticos como el del aceite de oliva ?del que se calcula que comen más de 250.000 familias?, con una caída del 25-30 % en el último año, que se dispara hasta cerca del 50 % si se compara con el 2018.
En su punto de mira los agricultores colocan habitualmente a las cadenas de supermercados, a las que acusan de utilizar algunos de sus productos como "reclamo" para atraer tráfico de consumidores a sus tiendas.
La decisión de la Administración Trump ?con el permiso de la Organización Mundial del Comercio? de imponer aranceles a la importación de algunos productos agroalimentarios españoles, entre ellos el aceite, el vino o los quesos, ha indignado al sector, que pone el grito en el cielo por pagar los platos rotos de un conflicto vinculado a las ayudas públicas al sector aeronáutico en Europa.
Los agricultores critican el incremento de sus costes de producción, afectados por cuestiones tan diversas como la subida del carburante, el encarecimiento de algunos fertilizantes o, más recientemente, el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI)