Sostenibilidad

Por qué necesitamos índices de sostenibilidad

10/11/2021

Las empresas, sobre todo las más grandes, tienen un compromiso con la sociedad en la que están inmersas. Su influencia es muy grande, y por eso desarrollan políticas de impacto que les permiten poner en práctica sus principios éticos.


En conexión con este apartado se encuentran las estrategias empresariales que apuestan por la sostenibilidad, una de las principales preocupaciones de la ONU para los próximos años, plasmada en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para medir el rendimiento de esas políticas, han surgido índices específicos que ayudan a los inversores a elegir activos por su apoyo al desarrollo sostenible.


De esta manera, los índices de sostenibilidad distinguen a las empresas que combinan el éxito económico con el desarrollo sostenible. Este concepto se refiere a la capacidad de resolver las necesidades actuales sin comprometer las de las próximas generaciones.


Para medir esa sostenibilidad en las empresas, estos índices tienen en cuenta los factores ESG, siglas que se refieren a los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG en español). Son fundamentales para la inversión responsable, una tendencia que cada vez cobra mayor importancia. Algunos de los ejemplos más influyentes son el conocido como Dow Jones de la sostenibilidad (DJSI), referente en el selectivo más relevante de la bolsa de Nueva York, y el FTSE4Good, ligado a la bolsa de Londres.


Para elaborar estos índices, se tienen en cuenta varios factores. Por ejemplo, el DJSI, del que forma parte CaixaBank como una de las empresas más sostenibles del mundo, evalúa a grandes compañías para comprobar si cumplen con ciertos requisitos. Entre estos se encuentran criterios económicos relacionados con el gobierno corporativo o códigos de conducta; medioambientales, como iniciativas destinadas a evitar el cambio climático o el fomento de las inversiones sostenibles, y sociales, relacionados con el desarrollo del capital humano o la filantropía, entre otros muchos factores.


Para calcular la puntuación que obtiene cada compañía, se valoran aproximadamente 1.000 puntos distintos, clasificados en esas tres categorías ESG (criterios medioambientales, sociales y de gobierno). Cada año se eleva la exigencia de este proceso de evaluación con el fin de identificar y medir nuevos factores.