El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado que el Plan Estratégico para la aplicación de la Política Agraria Común (PAC) en España se someterá a un proceso de consulta pública a finales de noviembre, en el marco del procedimiento de evaluación ambiental y previo a su envío a final de año a la Comisión Europea, a quien compete la aprobación definitiva del mismo. El objetivo es que los agricultores y ganaderos tengan garantizado el cobro de las ayudas a partir del 1 de enero de 2023.
Planas ha presidido la reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, celebrada por videoconferencia, en la que se han ultimado con las comunidades autónomas cuestiones pendientes del documento, como los ecoesquemas. Mientras que el grueso de los asuntos está ya cerrado, sobre todo en lo referente a las ayudas directas (primer pilar), aún queda por avanzar en el diseño de las acciones de desarrollo rural (segundo pilar). Las autonomías pueden enviar sus propuestas hasta final de octubre ?ya lo han hecho nueve- para incorporar sus aportaciones al plan.
Ecoesquemas
El ministro ha reconocido que los ecoesquemas constituyen el elemento más complejo en la elaboración del Plan Estratégico y que al tratarse de una figura de nueva creación en la PAC ha generado una lógica incertidumbre entre agricultores y ganaderos, porque además tienen un gran alcance pues suponen 1.107 millones de euros anuales, el 23 % del total de las ayudas directas.
Después de la intensa agenda mantenida por el grupo de trabajo entre julio y septiembre, el ministerio ha trasladado una propuesta de ecoesquemas con siete prácticas remunerables que permitirá que todos los agricultores y ganaderos tengan acceso al menos a uno de ellos. Para pastos permanentes y pastizales se contempla el pastoreo extensivo y la siega sostenible o dejar márgenes sin segar.
Para tierras de cultivo se puede optar por la rotación, la agricultura de conservación y siembra directa, o reservar superficies no productivas y elementos de paisaje. Esta reserva de superficies no productivas también es una opción para los cultivos permanentes, en los que se contempla también el mantenimiento de cubiertas vegetales espontáneas o sembradas o inertes, dejando los restos triturados de poda en el suelo.
El importe por hectárea para cada tipo de superficie será siempre el mismo, independientemente de la práctica por la que se opte. Para efectos de pago, sobre cada hectárea solo podrá computar una práctica, aunque se puede realizar más de una práctica sobre la misma hectárea (por ejemplo rotación de cultivo y agricultura de conservación y siembra directa). El ministro ha señalado que el año 2023 servirá como experiencia piloto para evaluar el funcionamiento de los ecoesquemas y que permitirá calibrar mejor la aplicación de esta medida en 2024.