España es tierra de porcino. No hay un solo pueblo en España en el que no se hayan criado cerdos durante siglos. Cuando no había economía ni comercio como tales, allí estaban el cerdo y sus productos en muchas casas para garantizar lo más esencial, lo que de verdad importa: poder comer.
Por eso, sería muy reduccionista limitarnos a centrar el éxito del sector porcino de capa blanca en los últimos diez años, desde el nacimiento de INTERPORC, cuya primera década celebramos este año.
La realidad es que somos los herederos de siglos de trabajo de nuestros ancestros, que tenían claro que el cerdo, su crianza, es sinónimo de vida. Pero no es menos cierto que la creación de INTERPORC ha permitido, partiendo de esos mimbres, impulsar nuestro sector a cuotas con las que apenas podíamos soñar.
La unión sectorial en torno a la Interprofesional ha propiciado un salto de calidad entre el 2012 y el 2022 que ha transformado el porcino en un sector moderno; tecnológicamente vanguardista; ejemplo mundial de bienestar animal y de iniciativas de respeto medioambiental; generador de empleo; impulsor de la economía española, y defensor de sus tradiciones y del entorno rural en el que tenemos nuestro origen.
Hoy, jugamos un papel integral en el desarrollo económico, social y ambiental de nuestro país, en su prosperidad, en su cohesión social y en la seguridad alimentaria de sus habitantes.
Humildemente, creo que ese es el principal legado de los primeros diez años de INTERPORC, y, sin duda, quienes formamos parte de la Interprofesional estamos muy satisfechos de lo que se ha logrado. Porque satisfacción es pasar de producir 3,47 millones de toneladas a 5,07 (+46 %) y ser el primer productor europeo y el tercero mundial.
Satisfacción es pasar de exportar 1,41 millones de toneladas a 2,93 (+108 %) y ser el segundo exportador mundial con una balanza comercial positiva de 7.720 M€. Ese es el dinero que traemos a España.
Y satisfacción es lograr esto, principalmente, desde la llamada España vaciada. Allí donde otros no encuentran soluciones o incluso dicen que no las hay, nosotros demostramos que se equivocan creando futuro y riqueza para sus pueblos en forma de empleo digno para los jóvenes.
Por eso, ahora que iniciamos nuestra segunda década, en este momento para la reflexión y renovación de retos e ilusiones, en la Interprofesional queremos lanzar dos mensajes a nuestro sector: primero, gracias por la unión sectorial que ha propiciado todo esto y, segundo, esto es solo el principio.
Nuestro sector, nuestras gentes, vosotros, os lo merecéis todo por vuestro esfuerzo y dedicación. Y en INTERPORC os lo vamos a dar.
España es tierra de porcino. No hay un solo pueblo en España en el que no se hayan criado cerdos durante siglos. Cuando no había economía ni comercio como tales, allí estaban el cerdo y sus productos en muchas casas para garantizar lo más esencial, lo que de verdad importa: poder comer.
Por eso, sería muy reduccionista limitarnos a centrar el éxito del sector porcino de capa blanca en los últimos diez años, desde el nacimiento de INTERPORC, cuya primera década celebramos este año.
La realidad es que somos los herederos de siglos de trabajo de nuestros ancestros, que tenían claro que el cerdo, su crianza, es sinónimo de vida. Pero no es menos cierto que la creación de INTERPORC ha permitido, partiendo de esos mimbres, impulsar nuestro sector a cuotas con las que apenas podíamos soñar.
La unión sectorial en torno a la Interprofesional ha propiciado un salto de calidad entre el 2012 y el 2022 que ha transformado el porcino en un sector moderno; tecnológicamente vanguardista; ejemplo mundial de bienestar animal y de iniciativas de respeto medioambiental; generador de empleo; impulsor de la economía española, y defensor de sus tradiciones y del entorno rural en el que tenemos nuestro origen.
Hoy, jugamos un papel integral en el desarrollo económico, social y ambiental de nuestro país, en su prosperidad, en su cohesión social y en la seguridad alimentaria de sus habitantes.
Humildemente, creo que ese es el principal legado de los primeros diez años de INTERPORC, y, sin duda, quienes formamos parte de la Interprofesional estamos muy satisfechos de lo que se ha logrado. Porque satisfacción es pasar de producir 3,47 millones de toneladas a 5,07 (+46 %) y ser el primer productor europeo y el tercero mundial.
Satisfacción es pasar de exportar 1,41 millones de toneladas a 2,93 (+108 %) y ser el segundo exportador mundial con una balanza comercial positiva de 7.720 M€. Ese es el dinero que traemos a España.
Y satisfacción es lograr esto, principalmente, desde la llamada España vaciada. Allí donde otros no encuentran soluciones o incluso dicen que no las hay, nosotros demostramos que se equivocan creando futuro y riqueza para sus pueblos en forma de empleo digno para los jóvenes.
Por eso, ahora que iniciamos nuestra segunda década, en este momento para la reflexión y renovación de retos e ilusiones, en la Interprofesional queremos lanzar dos mensajes a nuestro sector: primero, gracias por la unión sectorial que ha propiciado todo esto y, segundo, esto es solo el principio.
Nuestro sector, nuestras gentes, vosotros, os lo merecéis todo por vuestro esfuerzo y dedicación. Y en INTERPORC os lo vamos a dar.