Dadas sus características climatológicas, nuestro país es el único de Europa con una producción comercial significativa de frutas tropicales, que se concentra principalmente en el sureste peninsular. Allí podemos encontrar plantaciones de aguacates, mangos, nísperos, chirimoyas… que, por su cercanía a los principales mercados europeos, se recogen en su grado óptimo de maduración para llegar al consumidor con toda su calidad, ganándole la mano a las producidas en otros lejanos países, que precisan largos períodos de transporte. El consumo de estas frutas tropicales —así como otras más exóticas, que en pequeñas cantidades también se cultivan o cuya producción se está investigando en España, como el lichi, el kumquat, la pitaya o fruta del dragón, la guayaba, la carambola o la papaya (esta última, con presencia desde hace años en las islas Canarias y de forma más reciente en la Península, con considerable interés como alternativa al cultivo de hortalizas)—, se ha incrementado de forma paulatina en las dos últimas décadas y se prevé un buen comportamiento de la demanda en los próximos años. Concretamente, el aguacate se cultiva en las costas de Málaga y Granada, además de en otras zonas que cuentan con mayores limitaciones climáticas, como Huelva, Cádiz y la costa levantina (Valencia y Alicante), y su recolección es curiosa: una vez que la fruta madura, puede permanecer seis meses en el árbol y cosecharse cuando más interese. En los cultivos españoles esto ocurre entre diciembre y mayo, aunque la pieza estará exquisita a partir de febrero. El mango es el segundo cultivo tropical en importancia en España. Su cultivo se extiende en la franja costera que va desde Rincón de la Victoria (Málaga) hasta Motril (Granada) y 25 km hacia el interior, siendo la comarca de la Axarquía donde se concentra la mayor superficie. La principal variedad de mango cultivada en España (unas 5.000 ha) es la osteen, que supone el 75 % del total, a mucha distancia de la segunda variedad, la keitt, con el 15 %, y su oferta se extiende desde mediados de agosto hasta finales de noviembre, con una concentración de la producción, sobre todo de osteen, desde mediados de septiembre hasta mitad de octubre. Hoy se producen unas 25.000 toneladas de esta fruta, con un valor comercial en torno a los 30 M€. España es el segundo productor, después de China, y el primer exportador mundial de nísperos, con una producción en torno a las 30.000 toneladas anuales. Andalucía cuenta con unas 1.100 hectáreas repartidas entre Granada, principalmente, Málaga, Córdoba, Cádiz, Almería y Sevilla. El níspero llega al mercado a principios de primavera, por lo que es bien acogido por el consumidor, cansado para entonces de las frutas de otoño. Una de las grandes curiosidades de esta fruta es que crece de un árbol que tiene un gran valor ornamental y que se ha encontrado a lo largo de la historia más en jardines que en huertos y tierras de cultivo. Pertenece a la familia de las rosáceas, que es la misma de la que salen la manzana, las cerezas o las peras.