Tenía que ser el 14 de febrero el día en que, desde la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo de la Serranía Celtibérica, con sede en Teruel, viéramos, por fin, cómo el Parlamento Europeo reconocía la despoblación como una cuestión prioritaria.
El día en que, desde la "ciudad de los amantes", celebráramos cómo la Eurocámara aprobaba dar especial atención a los retos a los que se enfrentan las áreas con desventajas naturales o demográficas graves y permanentes, y a desafíos como los que se refiere el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
Desde que allá por el 2011 iniciamos nuestra andadura para que desde los diferentes gobiernos se acometieran medidas que remediaran la lacra territorial que atenaza a España, hemos gestado los criterios para que el territorio rural reciba fondos económicos finalistas y un trato fiscal discriminatorio similar al existente en las islas Canarias.
Nuestro conocimiento de lo rural, nuestro estudio en profundidad de la legislación europea que actúa como marco para la de los países miembros, nos llevó a visibilizar la situación real de la despoblación de España y el sur de Europa. Una situación que la investigadora y experta en SIG Pilar Burillo cartografió y plasmó en el mapa que, gracias a la visión política del vicepresidente del Parlamento Europeo, Ramón Luis Valcárcel, y de su equipo, se incorporó como demanda concreta en el nuevo Reglamento de los fondos europeos.
Así, con el respaldo inestimable del Grupo Socialista Europeo, serán finalistas de fondos europeos en el período 2021- 2027 las áreas de muy baja densidad de población ?por debajo de 8 hab./km2?, según el acuerdo de adhesión de 1994 de Finlandia y Suecia, y de baja densidad ?por debajo de 12,5 hab./km2?, a partir de la propuesta de ESPON del 2012.
Esta delimitación de territorios es la única que hace visible que en el 53 % de nuestro territorio solo reside el 5 % de la población, y que esta situación, que ni siquiera nuestro vecino Portugal roza con su 24 % de territorio despoblado, viene a constatar que nuestro problema, el de España, se debe a la falta continuada de políticas que saquen del coma al enfermo.
Por todo ello, y porque consideramos que la despoblación es una cuestión de Estado que exige medidas desde la responsabilidad, compartimos nuestra alegría con todas las personas y entidades que, con altura de miras, han creído en nuestro proyecto, han confiado en nuestro trabajo y con las que hemos conseguido que los enamorados de sus territorios fijen el 14 de febrero como un día histórico contra la despoblación.