El mercado nacional del sector vitivinícola sufrió el pasado año un freno en el crecimiento del que disfrutaba tras los cierres de la pandemia. Según destaca Rafael del Rey, director del Observatorio del Mercado del Vino (OeMv), analizando los datos del INFOVI, si en el 2019 España llegó a superar nueva- mente los 11 millones de hectolitros consumidos, la COVID-19 supuso la pérdida de 2 millones y una caída del 17,3 %, aunque la recuperación en el 2021 auguraba una rápida mejoría, por la apertura de la hostelería y el regreso del turismo, pese al lógico descenso del consumo en el hogar tras el fin del confinamiento.
Sin embargo, los datos disponibles hasta octubre del 2022 mostraron una clara desaceleración de este crecimiento, destaca Del Rey. “La caída del consumo en el canal de alimentación lleva a ventas incluso inferiores a las que tuvimos en el 2019: nada de lo que se ganó durante el confinamiento se ha podido retener. Y la hostelería no se ha recuperado tanto como podía haberse esperado. Volvemos pues a situarnos sobre los 10 millones de hectolitros de consumo y el objetivo de superar los 11 millones parece alejarse”.
En el consumo nacional, además de la incertidumbre causada por la guerra de Ucrania —unida a los problemas que ya se arrastraban pero que se agra- varon en términos de inflación y subida de costes, logística y suministros—, se produjo en el 2022 una subida de precios necesariamente empujada por el incremento de costes, que generó una ralentización adicional de unas ventas que, en España, se han demostrado tradicionalmente muy sensibles a la fluc- tuación de precios.
En cuanto a los mercados internacionales vitiviníco- las, para el OeMv se produjo una evolución que ya se apreciaba desde hacía tiempo, pero que parece agravarse: la de no consumirse muchas más botellas ni litros de vino en el mundo, pero sí generar mayor facturación por la considerable alza de los precios medios.
Así, las exportaciones españolas de vino en el 2022 se situaron en 2.980 M€ de facturación, 89,6 M€ más que en el 2021, aunque en términos de volumen se registró una caída del 9 %, hasta los 2.089,5 millones de litros, casi 213 millones menos que en el 2021.
En valor, fueron los vinos comercializados a granel (+12 % o 55,8 M€ más) junto a los vinos sin DOP envasados (+25,8 M€), los espumosos (+24,4 M€) y los vinos en bag in box (BiB) (+8,4 M€), los que lideraron el aumento global en el 2022.
“Esta tendencia de más facturación pese a menores volúmenes de venta puede tener varias causas entremezcladas. Por un lado, la tendencia viene observándose muy claramente entre los vinos envasados, tanto españoles como de otros países productores, desde hace años. Franceses sobre todo, y también italianos, vienen mostrándola desde hace tiempo, dando la sensación de no querer vender más pero sí productos de mayor valor. Y puede responder a una tendencia mundial de consumo, por la que este no aumenta, pero sí se revaloriza.
Mucho más errática es la evolución del granel, en la que las subidas y bajadas de precio, ligadas a bajadas y subidas de volúmenes de ventas, dependen más de las necesidades de nuestros principales clientes y de la evolución de nuestras propias cosechas que de la evolución del consumo mundial”, subraya Del Rey.
OPORTUNIDADES
No obstante, según el OeMv, los vinos españoles tienen una gran oportunidad para reposicionarse en muchos mercados, aprovechando el actual tirón inflacionista. Y son destacables los esfuerzos para presentar nuevas líneas y marcas de prestigio que ayuden a este reposicionamiento.
Se trata de una mejora del valor, que puede conseguirse en todas las categorías de vinos que comercializa en el exterior nuestro país, con:
• Mejores graneles a nuevos destinos para su embotellado y distribución en el país de llegada.
• Aumento de la exportación, como ya está sucediendo, de vinos en bag-in-box donde hasta ahora España estaba muy poco presente.
• Mejora de la comercialización de las grandes marcas aprovechando, entre otras cosas, la demanda de vinos blancos, los grandes varietales propios o los esfuerzos de las diferentes regiones vitivinícolas.
• Aumento del volumen de grandes vinos de prestigio y excelencia internacional, que ayudan al conjunto de la imagen de España como país productor de vinos de calidad.