Expertos en los ámbitos de la salud, de la sostenibilidad y de la cultura han evidenciado que el estilo de vida que promueve y defiende la Dieta Mediterránea es de los más saludables y de los más sostenibles.
Y por ello, tal y como explicó el presidente del Congreso Internacional Dieta Mediterránea, Dr. Ramón Estruch, durante las conclusiones, "es necesario aunar esfuerzos para preservar la dieta mediterránea tradicional que es realmente, tal y como se ha demostrado científicamente, protectora de la salud, especialmente de la enfermedad cardiovascular, el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y la diabetes. Por lo que es necesario salvaguardar esta herencia que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad".
Otra de las conclusiones de este fórum internacional fue la constatación de que los alimentos incluidos en la Dieta Mediterránea son saludables y deben consumirse en las raciones y frecuencias adecuadas, según se detalla en la pirámide de la Dieta Mediterránea. Una forma de fomentar el consumo de alimentos saludables en su justa medida sería promocionar un etiquetado frontal de los alimentos que ayudara al consumidor en la elección de los productos y le acercara a un patrón saludable como la Dieta Mediterránea.
La Dieta Mediterránea es un modelo de alimentación que se caracteriza por ser muy rico en frutas, verduras, aceite de oliva virgen extra, legumbres, frutos secos y cereales integrales, por lo que debe considerar como una dieta pro-vegetariana, basada en plantas e incluso "flexiteriana". Pero, también incluye otros alimentos saludables como la carne, el pescado, los productos lácteos y un consumo moderado de vino, siempre con las comidas.
En el contexto de un patrón de alimentación global, durante el congreso también se han discutido los aspectos saludables de varios alimentos como el aceite de oliva, la carne, el pescado, los lácteos y también los ultraprocesados.