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Cuando los virus no matan, sino que alimentan

03/10/2020

Biólogos del Instituto de Ciencias Marinas de Barcelona (ICM-CSIC) y del Laboratorio Bigelow de Ciencias Oceánicas de Maine (EEUU) han descubierto que dos grupos de protistas marinos ingieren virus de forma rutinaria, lo que demostraría que los virus no solo acaban con vidas, sino que también sirven para alimentar algunas.


En su trabajo, que han publicado en la revista 'Frontiers in Microbiology', los investigadores sugieren que los virus podrían representar para estos pequeños depredadores unicelulares un complemento de fósforo y nitrógeno a su dieta, lo que llevaría a revisar el conocimiento de las redes tróficas basales en el océano.


Los biólogos han recordado que los virus están presentes en grandes cantidades en todos los rincones de la Tierra y no solo infectan todo tipo de bacterias, arqueas y eucariotas, sino que también flotan libremente, desde la atmósfera hasta el océano más profundo, donde viven desde hace, al menos, cientos de millones de años. Sin embargo, pese a su abundancia, hasta la fecha no se conocía ningún organismo que los utilizara como alimento.


La investigación ha descubierto que dos grupos de protistas marinos ecológicamente importantes pero poco conocidos, los coanozoos y los picozoos, se alimentan de virus capturándolos a través de la fagocitosis, un proceso por el cual algunas células rodean con su membrana citoplasmática partículas sólidas y las introducen al interior celular.


"Nuestros datos muestran que muchas células protistas contienen ADN de una amplia variedad de virus no infecciosos, pero no de bacterias, lo que evidencia que se están alimentando de virus en lugar de bacterias, como se creía hasta ahora", ha explicado en un comunicado Ramunas Stepanauskas, ecólogo microbiano del Laboratorio Bigelow de Ciencias Oceánicas en Maine y autor principal del trabajo.


Stepanauskas, que se sumergió en este proyecto hace más de una década, ha confesado que "el hallazgo ha sido una gran sorpresa, ya que va en contra de las opiniones actualmente predominantes sobre el papel de los virus y protistas en las redes tróficas marinas".


Para elaborar el estudio, los investigadores tomaron muestras de agua de mar superficial del Atlántico, en el Golfo de Maine, y del Mediterráneo, frente a Blanes (Girona)