Las preocupaciones sociales, éticas, de salud y medioambientales harán que el consumo de carne en la Unión Europea baje en un kilo por persona hasta el 2030 (y se queden en 68,6 kilos per cápita), según el informe de perspectivas agrícolas de la UE para el período 2019-30, elaborado por la Comisión Europea.
De acuerdo con los datos del estudio, la demanda de carne de ternera disminuirá de 10,8 kilos/persona/año en el 2019 a 10 kilos en el 2030. Esto se reflejará en un descenso previsto del 9,4 % en la producción de carne de bovino de la UE durante dicho período, mientras que los precios sufrirán un "ligero incremento".
Sin embargo, habrá oportunidades comerciales en la próxima década para este tipo de carne, para la que se prevé una subida de sus exportaciones.
Por el contrario, se estima que las compras de aves de corral de la UE crezcan de manera constante entre el 2019 y el 2030: su producción puede alcanzar los 16,5 millones de toneladas en el 2030, con un consumo de 26,6 kilos por persona y año, y en un contexto de "fuerte" demanda mundial.
En el sector del cerdo, la expectativa es que aumente la demanda mundial de esta carne y, por lo tanto, a corto plazo haya un alza de su producción, con precios más altos.
Ese encarecimiento por la presión mundial contribuirá a una disminución más fuerte de la prevista en el consumo de la Unión Europea.
Por otra parte, el informe hace referencia a los recientes brotes de peste porcina africana (PPA) en el sudeste asiático (China incluida), que están teniendo un "fuerte impacto" en el mercado mundial de la carne.
A corto plazo, esta situación impulsará las exportaciones de la UE a China para todas las carnes, particularmente la de cerdo, pero es previsible que introduzca incertidumbres sobre el suministro global a largo plazo y sobre los patrones comerciales.
Además, al haber una menor disponibilidad de carne de cerdo en el mercado de la UE, se podrían producir cambios en los hábitos de consumo.