Dentro del acuerdo entre la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) para la mejora de la información del sector, se ha desarrollado un trabajo pormenorizado con el fin de cuantificar los distintos canales de comercialización del vino en España, atendiendo al tipo de bodega y vino, mostrando con detalle cómo ha afectado la pandemia COVID-19 y el confinamiento a las ventas en el sector.
El estudio, desarrollado por la empresa Wine Intelligence (WI), compara datos de los años 2019 y 2020 y, además, recoge las principales preocupaciones de las bodegas en el corto y medio plazo.
Según datos del INFOVI, el consumo de vino cayó en España un 18% en 2020 comparado con el año anterior, fruto principalmente de la fuerte reducción que sufrió el canal de bares y restaurantes. Por canales, las ventas directas pasaron a suponer casi un 10% del total, mientras en el canal de alimentación subieron un 28%, pero ambos crecimientos no lograron compensar la pérdida en hostelería.
Los vinos generosos y espumosos se vieron más afectados por la crisis que los vinos tranquilos, por su mayor incidencia en el canal HoReCa. Por otro lado, analizando los resultados por precio, el estudio destaca que, en general, los vinos con precios superiores sufrieron más que los más accesibles.
La disminución del turismo, los efectos económicos de la crisis y la recuperación del canal HoReCa se sitúan como las principales preocupaciones del sector en el corto plazo, mientras que el interés de las nuevas generaciones sobre el vino y la competencia con otras bebidas lo son a largo plazo.