Agricultura

Los beneficios de la agricultura de carbono

22/05/2023

Mucho se ha dicho y escrito ya sobre el negocio complementario que puede suponer para el sector las medidas de apoyo a la agricultura baja en carbono. De hecho, han aparecido ya como setas empresas y asesorías privadas que le calculan al agricultor de a pie la “huella de carbono” de su actividad para ver cuánto emite y cuánto absorbe (fija en el suelo), y con qué posibilidades (hipotéticas) cuenta para poder recibir ayudas en un futuro próximo y, sobre todo, si conviene hacer esto o lo otro para mejorar su situación.


Pero cuidado. En éste, como en otros muchos asuntos, se debe ir con prudencia y actuar con tiento para no salir escaldado pagando antes de poder recibir algo a cambio, si es que finalmente lo recibes. Aunque es obligado estar atentos e irse preparando, no hay necesidad de precipitarse sobre lo que todavía no es real, como es cobrar “créditos de carbono” por tu actividad agraria sin que esté aprobado todo el procedimiento, entre en funcionamiento, sea lo más simple y transparente posible para que, al final, compense económicamente acogerse al mismo.


La Unión Europea ha establecido 2050 como el año en el horizonte en su lucha contra el cambio climático, alcanzando la neutralidad en CO2, es decir para que emisiones y absorciones de carbono a la atmósfera se neutralicen y el resultado sea igual a cero. Pero ahora quiere que sectores como el primario (agropecuario y forestal) sea precisamente el primero en cumplir tal objetivo y que, además, lo haga en 2035, para lo cual propone un plan de incentivos económicos a agricultores, ganaderos y silvicultores por el carbono que absorban en sus explotaciones.
El Consejo de Ministros de Agricultura volvió a debatir el pasado 25 de abril las disposiciones que deberían permitir a la agricultura y a los agricultores beneficiarse del reglamento propuesto de la Comisión Europea para establecer un marco de certificación relativo a las absorciones de carbono.


No hay que obviar que este asunto es competencia del Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, aunque el de Agricultura debe ser consultado (solo) para que emita su opinión al respecto, y la intención del primero es poder cerrar una posición común antes de que concluya el mes de junio. Como en otros aspectos que afectan al sector agrario de la UE, las posiciones de los ministros de Medio Ambiente y de Agricultura muchas veces divergen y chocan entre sí.


La mayoría de los ministros de Agricultura de la UE opinan que las medidas de apoyo a la agricultura baja en carbono deberían ser voluntarias (no obligar a los agricultores a adoptarlas, ya que el principal fin de su actividad es la de producir alimentos) y, sobre todo, incluir también la reducción o mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y no solo las absorciones de carbono en los campos.


La actual propuesta de la CE sobre la creación de un marco para certificar las absorciones de carbono no es muy concreta y los detalles de este dispositivo no se conocerán hasta que concluyan los trabajos en el que está embarcado un grupo de expertos que, tras una primera reunión el pasado 7 de marzo, son los encargados de elaborar métodos de certificación para las distintas actividades de absorción de carbono, entre ellas la agropecuaria y forestal que cuentan, sin duda, con sus propias especificidades. Esto es clave, porque solo cuando se cuente con métodos de certificación, que sean aceptados y aprobados por la UE, se podrá saber también cuál es la forma válida de medición del carbono absorbido por esta u otra actividad. Y, a partir de ahí, cómo se retribuirá y si merece la pena o no emplearse en ello.