Los estudios de investigación sensorial se utilizan para medir, evaluar e interpretar la percepción de los consumidores ante las características de los alimentos y materiales a través de los cinco sentidos (vista, olfato, gusto, tacto y oído) Estos test, de gran utilidad antes de lanzar un producto al mercado, suelen realizarse en laboratorios sensoriales en los que se evalúan las preferencias del consumidor en una situación o contexto lo más neutro posible, evitando sesgos y otras fuentes de variación que no sean los de los productos a evaluar.
Sin embargo, esta neutralización del contexto puede ocasionar una experiencia sensorial algo alejada de las condiciones reales de consumo lo que, según ha explicado Candela Ruso, técnico de investigación sensorial y del consumidor de AINIA Consumer, "el consumo de alimentos es una experiencia multimodal; cuando comemos no sólo percibimos el sabor y el aroma de los alimentos, si no también sus propiedades visuales, auditivas y táctiles, así como la información sensorial de nuestro entorno".
Para intentar salvar esta brecha entre el laboratorio y la realidad de consumidor, AINIA ha desarrollado una metodología de investigación, basada en tecnología de realidad virtual, y de aplicación específica en los test sensoriales con consumidores.
La realidad virtual aplicada a las pruebas de desarrollo de producto con consumidores consiste en la creación de un mundo virtual, mediante tecnología informática, al que el consumidor puede acceder gracias a dispositivos como las gafas de realidad virtual y que crea en el usuario la sensación de estar inmerso en ese entorno.